Alfonso Vite

Alraune de amor.

 

Han vuelto las sombras que, antes de conocerte,

resguardaban mis ojos nostálgicos y ausentes.

He vuelto a extrañarme, condenado por mi mente

al cadalso cruel de mis recuerdos presentes.

Entretejido como un mecate de infinita negación,

el pasado remiso me asfixia sin ninguna compasión:

¡Tiempo! Verdugo inhumano de lo humano ejecutor,

¡Termina con el suplicio de este condenado corazón!

Antes, pensé en tu regreso con una extraña esperanza,

después, iracundo invoqué a  los dioses de la Naturaleza,

para que guiaran tu camino de regreso a mi estancia,

y esperé… esperé con mis pupilas clavadas en lontananza.

Y esperé tanto que mi corazón envejeció petrificado.

Tú jamás volviste;  pero aún estabas aquí conmigo,

decidí matarte y emparedarte en el muro del recuerdo,

te condené al  destierro; y yo, me condené contigo.

Mi único crimen fue entregarte mi alma y mi corazón:

¡Invoco al Tiempo que se encargue de ti sin compasión!

Y a mí, que la cuerda de su cruel patíbulo me dé la razón.

“¡Enloquecerás cuando comas del Alraune irrigada

con mi sangre blanca, mientras la soga en mi cuello

acaricie mis últimos segundos de vida!”

ElMaeseVite Citlaltocani.

20-12-2012.