Insomnioptera

Demasiado otoño

06 de noviembre

Aída no se levantó a tomar su captopril

 

 

Darío,
qué hermosas son tus manos
a contra luz
cuando escribes la luna para el día de los días,
y qué perfume tienen los acordes
-de tu guitarra al borde de otro infarto-. Darío,
la tarde avanza loca como si un viento frío viniera correteándola.
y es que a este whisky tiene demasiado olvido
y es que aquí ya ha caído demasiado otoño.
Encima te quiero.
Tengo un grave problema, porque ¿sabes? es martes.
O estamos a tres tragos de que sea martes, bueno,
para poder decir
que ayer fue lunes
y nos vimos las caras y gritamos los dos:
“Descubrimos la fórmula de la resurrección”
Y ellos siguieron -siempre- con su sordera cotidiana.
¿Te das cuenta?
Nadie pudo enterarse de nuestro inmenso secreto.
Así no era lo mismo…
Darío,
tu cuerpo yace aquí, desvanecido,
herido
de poemas insólitos de sólo tres palabras
Ademas te quiero.

Y eso parece ser

un problema muy grave, porque ¿sabes?

Es martes