Te escribiré en la arena,
entre luces que no encienden
oculta detrás de la noche.
Escudo solitario
que engrandece sus fauces
en la esquina de los olvidados.
Habitante exiliado
cómplice de caminos
presos en su vestidura.
Gris, metálico, gravitante
acerca tu oido
a mi alma de pájaro.