Eduardo Torres Isleño

Ecosistema de sangre

He visto mi vida extenderse disimuladamente

Como un violín agudizándose con lentitud

Vi que soy parte de este planeta vivo

De esta naturaleza viviente; del ecosistema.

Mi vida está en los pájaros de la tarde,

Los que nunca se sabe a donde van,

En los arboles lejanos que nunca nadie ha tocado;

Mi vida nace con las flores que nadie planta

En la hierba donde los niños juegan

Estoy en lo azul y en lo blanco del cielo

En las nubes que andan y se transforman

En lo gris de la tormenta del humor cambiante

Estoy, está mi vida en la tierra negra, en el lodo,

Mi vida se reparte en sonidos de aire

En hojas incortables, en insectos laboriosos,

Está mi vida en el musgo de los arroyos

En los nenúfares tiernos, los lirios, los tulipanes,

Miro que estoy entre el agua y sus palabras repetidas

entre la lluvia y su hermosísima estática,

entre sus murmullos, estoy, está mi vida,

estamos todos, porque todos pertenecemos a la misma vida

la misma que nos mantiene bajo este cielo.