Diego Trujillo

¿Preguntas?

 

La extraño por las noches en que no supo cómo hablarme y terminaba pasándome el café y quitándose la ropa. Por tener que aferrarme a su labio para no caer en el abismo que abría cuando me sentía cerca. La extraño porque no hay más cura para el silencio. Por ese abrazo que nacía a las 6, cuando regresábamos a casa. Por la forma que hizo en mi almohada. Por las horas en que olvidó cómo se contaba el tiempo. ¿Me pregunta usted porqué la extraño? Por las veces en que no entendió que le quería y se iba caminando por mi oreja hasta morderme el alma. Por la calma que dejó tirada en mi alfombra en noches como ésta. Ella fue una mentira que ella misma inventó. Y yo creí ciegamente en lo que no veía. Pero fue una verdad, lo sé, nadie ha podido dejar tanto humo en mi cama.


Diego Trujillo