EL MANU

LAS MANOS DE MI MADRE

Venga mi madrecita venga a mi lado
para darme su sonrisa de lado a lado
deseo que conversemos tantas cosas
de las cosas serias y algunas jocosas
de las tuyas, de las mías, cosas bellas
pero hablemos de cualquiera de ellas.

 
Y también quisiera tomar tus manitos
las que tomarán igual mis hermanitos
estas tus manitos que me acariciaban
cuando algunos males me arreciaban
tus cálidas manitos que me abrigaban
 estas sólo a darte amor me obligaban.

 
Con las que me preparabas mi comida
era cuando mi vida parecía carcomida
manitos que ahora están estropeadas
después de hacer bastantes trapeadas
por el tiempo ya deben estar cansadas
por mí ya deberían estar descansadas.

 
Veo a tu cabecita que ya peinan canas
seguro por mí por mis tantas macanas
estos cabellos ahora de color plateado
luego de tantas veces, haber sesteado
tus cabellos reflejan los años pasados
 acompañando tus pasos acompasados.

 
Te miro tus arrugas testigos del tiempo
que recuerdan como se pasó el tiempo
seguro que te costaron mucho esfuerzo
por eso ahora me esmero sin disfuerzo
 y tal como me diría mi amigo Madueño
 de que cada arruga, conoce a su dueño.

 
Dime madrecita ¿Cuál será mi arruga?
No deseo sentirme, como una verruga
quiero sentirme bien y tomar tus manos
hacerlo porque somos buenos humanos
manos que con amor, tocaban mi rostro
 y no vayas a pensar que algo te enrostro.

 
Porque varias veces me tocaron los ojos
pero lo hacías, sin mostrarte con enojos
bellas manos que me alisaban el cabello
que para mí era un momento, bien bello
la verdad que el recordarlo me asombra
  y te juro que no más, estaré a la sombra.
            EL MANU