En una cama tendido,
y los pies algo entumidos,
la cabeza caliente
con un paño mojado en la frente
detrás de unos visillos blancos,
unos vidrios transparentes
veo caminando gente,
por las calles de mi barrio
unos gorriones varios
con tenedor y cuchillo
sirviéndose encantados
los rastros de un conejo,
tirado en el camino.
Unos girasoles miro
con su color amarillo,
riéndose estan los pillos
de verme en ese estado,
me gritan ¡¡¡estás morado!!!
ahora que me comienzo a ir
¡¡¡Para que te vas a morir!!!
Si te encuentras relajado.