Gerardo

18 de noviembre

Con que tristeza recuerdo mis días más felices.
será que así es la felicidad cuando se es indescriptible
lleno de corazones, de almas ajenas y pequeños resos .

Lejos de aquellos reflejos me añejo en mis secretos
donde los ojos no pueden ya desviarse a lo perfecto
donde las bocas ya no pueden repetir nada de eso

Eso que relumbra titilante dentro de mi
aunque parece escondido aún sigue intacto

es solo el tiempo que envejece no mi alma ni mi tacto.

Sangran los cimientos que regresan al camino ya descalzos ,
viven del recuerdo queriendo regresar a su palacio 
centro que muere sin un último y condenado acto.

Qué malditos resultaron ser aquellos días felices.
Hoy les pongo flores, lapidando un nombre que siempre es falso
aceptando como ayer y hoy este presente
esperando renacer quizás un diez y ocho de noviembre.

Gera...