Nadie está completo; todos albergan vacíos.
Con sabor a vainilla o a whisky.
De color aguamarina o coral.
Pueden diferir en magnitud, pero todos son ineludibles.
Vacíos que maquillamos con velos de tul.
Los infiltramos en las calles, nadie los nota.
Son vacíos ciegos, que transitar no pueden.
Por eso se hospedan en el alma, incógnitos.
Intentan no hacer ruido, pero se traicionan.
Emergen por propia voluntad, y te desarman.
Sabes que no puedes, pero llenarlos intentas
Mejor haz como yo, y vuélvelos letras.