Elida Isabel Gimenez Toscanini

HOY DESPERTÉ SIN DIOS-

HOY DESPERTE SIN DIOS

¿EXISTE DIOS?

CÓMO CREER EN UN  PADRE CELESTIAL CUYO

ROSTRO NUNCA HEMOS VISTO.

TAN TODOPODEROSO.

 MANDÓ A MORIR ESCARNECIDO EN UNA CRUZ A

SU HIJO MÁS AMADO.

PORQUÉ TENÍA QUE CARGAR JESÚS CON LOS

ERRORES INCESANTES DE LA HUMANIDAD, UN

HOMBRE  INTELIGENTE Y LLENO DE AMOR.

DESEOSO DE CAMBIAR EL MUNDO Y CONMOVER

LOS CORAZONES DUROS DE LOS HOMBRES

QUE LO RODEABAN.

¿CÓMO CREER QUE UN PADRE  

AMOROSO MANDE ENVIAR A MORIR A SU

HIJO PREDILECTO, PARA PURGAR

NUESTROS PECADOS?

PORQUÉ MERECEMOS SER PERDONADOS

PORQUÉ ALGUIEN INOCENTE TUVO QUE CARGAR

CON NUESTROS ERRORES,  CON NUESTRA

NECEDAD.

¿ACASO SIRVIÓ DE ALGO SU SACRIFICIO?

¿SALVARNOS PARA QUÉ,  PARA TENER VIDA

ETERNA. ¿NO NOS BASTA ESTA VIDA?

¿PORQUÈ ESA NECESIDAD DE ETERNIDAD?

¡QUÉ RAZON DE AMOR Y DE JUSTICIA TAN

CONTRADICTORIA!

SI TODAVÍA SEGUIMOS  CON EL CORAZÓN DE

PIEDRA Y LA MENTE DORMIDA.

CÓMO PUEDE UN PADRE BONDADOSO Y CON

TODO EL PODER, PERMITIR INJUSTICIAS  POR

DOQUIER,   A TRAVÉS DE TODOS LOS

TIEMPOS.

¿DÓNDE ESTÁ TU PRESENCIA,  SI NO HEMOS

APRENDIDO A VIVIR EN ARMONÍA?

¿TENEMOS QUE SEGUIR SIENDO TESTIGOS DEL

EGOÍSMO?

 

 

CADA VEZ MÁS TECNIFICADOS.

EN UNA ALDEA GLOBAL DONDE  MILLARES DE

SERES ENFERMAN.

NO HALLAN  CURA Y PERMANECEN DESOLADOS,

DIVIDIDOS, EN MUROS INFRANQUEABLES.

 

¿DÓNDE RADICA NUESTRA RAZÓN?

HEMOS SIDO CREADOS A SU IMAGEN Y

SEMEJANZA.

SIN EMBARGO  NOS RODEA  LA MISERIA Y LA 

INEQUIDAD A DIESTRA Y SINIESTRA.

 

 

CÓMO PUEDE  EL MUNDO LLENARSE DE PALABRAS

QUE HABLAN DEL AMOR, DE LA JUSTICIA, DE

LA VERDAD, SI  CADA MINUTO ES UN

TESTIMONIO CONSTANTE DE QUE NO HEMOS

APRENDIDO NADA. 

 

PORQUÉ TIENEN QUE SER SIEMPRE LOS MÁS

DÉBILES QUIENES PADEZCAN LAS

CONSECUENCIADS  DEL MANEJO IRRESPONSABLE

Y AMBICIOSO DE UN PAR DE LOCOS QUE

GOBIERNAN EL MUNDO A SU GUSTO Y PIACERE.

 

POBRE JESÚS, HERMANO DEL ALMA, TE MATARON

UNA VEZ, LUEGO DE HUMILLARTE Y

TORTURARTE Y AÚN, LO SEGUIMOS HACIENDO

 ENTRE NOSOTROS.

 

SIENTO TU PROFUNDA SOLEDAD ALLÍ,  EN LA

CRUZ, CON EL ALMA QUEBRADA POR LA GRAN

DESILUSIÓN DE DARTE CUENTA QUE ESE PADRE

QUE CREÍAS TENER NO ESTABA NI ESTÁ.

 

EN NUESTRA DEBILIDAD HEMOS CREADO  LA

EXISTENCIA  DE LO ETERNO, DE LO SUPERIOR

PERO ES QUIZÁS SÓLO UNA VANA ILUSIÓN.

 

¡HOY DESPERTÉ SIN TI DIOS MÍO!

¿ENCONTRARÁ MI ALMA, EN TAL DESCONSUELO, 

UNA SEÑAL DE TU PRESENCIA?

Elida Isabel Gimenez Toscanini