Desde un palacio rodeados por una barrera de truenos
Viendo a todos por encima de nuestros pequeños cielos
Tan solo para matar su tiempo promueven un juego mortal
Usándonos como sus peones para poderlo empezar.
Continuamente nos ponen al borde del abismo
Haciendo que nos destruyamos a nosotros mismos
Bambolean las existencias para poderlas contemplar
En el instante cuando su llama de vida se tenga que apagar.
La poca estabilidad emocional que tenemos se quiebra
Daga de la demencia en nuestro pecho lentamente se entierra
Riéndose están con toda esta campaña de mortalidad
Nada más para ver quién será su juguete favorito al final.
Claramente es que no evitan contener sus malévolas sonrisas
Somos encadenados a las reglas de este juego que enfermiza
Tenemos pocas opciones que nos llevan a podernos quebrar
O simplemente hacer que nos eliminen para ningún rastro dejar.
Podemos contar uno, dos, tres
Sin embargo todos los escenarios se tornan al revés
Ahora contemos cuatro, cinco, seis
Desde cualquier perspectiva llega la sangre ajena a nuestros pies.
Es cierto que hay en la lista pocas y valiosas opciones
No obstante hay dos que merecen ser mencionables
Primera es levantarse para pelear para así vivir
Segunda que es dejarse llevar en las trampas para morir.
Esto es un endemoniado juego de supervivencia
Nos enredamos en la espiral de locura sin indiferencia
Oímos los sollozos de las existencias que han de desaparecer
¿Quién será el último en aguantar entre todos los que han de arder?