Otra noche a la espera de ti
sin tiritar la vista,
ni repetir un ¿Por qué?
a cada minuto en la mente.
Con resplandor de luna en los arboles
y con siguiente impaciencia
porque se valla el día,
para tal vez por si no te viere
lo intente una y otra velada nocturna:
Fresca, tibia o fría.
¡Oh!
Musa de mis anocheceres.
¡Oh!
Profunda melodía.
Vino que embriaga sin beberle,
es el amor del alma mía.
Percusión de corazón
atrapaste el ritmo en tu silueta,
el fluir suave del viento en tu cabello;
y el caminar danzante
de tus pies besando la tierra.
Y yo…
inventando como amarte
creación de amor eterno,
si ni con todas las estrellas del firmamento
bastaría alagar tu ser perfecto.