Andrea Valentina

Mis cartas amarillas

...y volvía, como vuelven los amantes al principio, como el pincel retorna a la tela o los pichones a ver que fue de su nido; así regresaba, como cada estación de año, pero untado de otoño, desnudo de verano y poblado de algunos pocos recuerdos, deseoso tal vez de reconocerse entre aquellas manos paseando por sus colinas heridas, por su crudo cuerpo sin caricia.

Siempre volvía, como vuelven todas las tercas almas.

-.-.-.-.-.-.-.- 

 

 

Te traje un pedacito de cielo amor;

no es mucho, son apenas unas pocas nubes

sobre este tibio manto celeste.

Mirame en él y sienteme;

entre esos destellitos que te abrazan con su calor

te convivo en silencio…

 

Pero cuando me sorprende tu cuerpo al interperie

paseando por tus pensamientos y calles,

 Ahh...

todo mi yo se desespera y convulsiona

por disfrutar esa posibilidad de besarte arropado,

entonces entre pronósticos, artimañas

y ocupaciones que te desinvento

vuelvo a ser soy yo,

quien se escabulle con sus locas ideas

 y te invita a tenderte en alguna hierba descalzo,

para que me encarceles entre tus pestañas,

dejando que mi soplido de viento

 te susurre al oído…

                                           Te amo  amor mío.

Y aquí sigo esperandote