Albin Lainez

a tambor batiente

el pulso cobró

tal rapidez un acierto del

ojo fuera de órbita ver los

siempreiguales parajes de

cada día transformarse en

luminosos pasillos por donde

andar como en puntas de pie.

Los pensamientos

corrieron a zambullir en el

estanque que rebozaba de

creatividad y locura. Ya no

duré cual gris amuleto

practiqué una conducta

infrecuente para mutar

de pies a cabeza sin saber

más nada de mí de la gente

que reclama por monedas

de otro país entonces caigo

en la cuenta del poder que

contengo para irme sin despedir

siquiera de quienes lo merecen