fabrizzio_baudelaire

Las miradas se cruzan

Un par de ojos, un par de abismos, dos pares,

Dos abismos, entrelazados como hilos de plata,

Unidos como circuito,

Como manos tomadas;

Un par de ojos, y otro par, dos abismos profundos

Que se entremezclan,

Dos mares combatiendo

Pero sin furia

Pero sin ira,

Pero con amor, con gracia,

Con sutileza.

Y las miradas, rasantes como flechas,

Desborda sentimiento y se cruzan,

Se cruzan con pasión,

Se queman; dos flechas, la misma diana,

Dos y dos ojos, un sendero, un circuito.

Y colisionan, y chispean, y pura magia;

Polvean, la neblina de las miradas,

La bruma otoñal de ojos encontrados

Ese hallazgo sin búsqueda, búsqueda sin encuentro

Y como mares alimentándose entre sí,

Como crestas de olas chocando,

Las miradas se ven,

Se ven las miradas;

Y luego, en el ocaso tapado

Por manos de gigante surge,

Surge invisible, la separación:

Dos miradas perdidas, una aquí,

Otra allá;

El circuito desconectado,

El desborde taponeado,

Y el silencio de una cuestión planteada,

Mal formulado,

Y neblina…

Y neblina.