Blas Roa

La patria libertina.

Yo no tengo patria

mas dulce que la del amor

ni hogar mas fiel y pequeño

que el del ancho azul del cielo.

 

Allá donde el deseo esta en el aire

y la vida es una caja sin fondo,

Las caricias son luz del sol

y la lluvia una paleta de Goya.

 

Los poetas sufren de risa

y las mujeres llevan bragas transparentes.

Las pieles de todos los colores

y la mugre un mito olvidado.

 

La sociedad canta en marcha

entre malucos y sabiondos,

la picardía es un mandamiento

y el licor fuente de agua bendita.

 

En mi patria no hay glorietas

de próceres con doble pasado

las plazoletas y las fuentes

todas azules y todas llenas.

 

La comida es a deshoras

el tabaco un vicio sin precio

el dolor no tiene casa

ni cartón donde dormir.

 

En mi patria, somos todos,

la piel de lo soñado.

No existen vísperas tristes

ni aguacero con nubes de plomo

ni lágrimas de cloro

ni grietas por donde se fugue

el almíbar del deseo

y el tratado de impaciencia.

 

Ladrones hay, solo de corazones

no hay tahúr de lo malsano,

o piratas, o cristianos

no hay políticos, ni curas.

 

Ve a mi patria, amigo hermano,

se parte de de la alegría

y quítale un ángulo al pastel

ponle también bechamel

al grumo pastoso de tu baja.

 

No te defiendas con navajas

ni de lo que esconde el hermoso día

que se viste al crepúsculo en estrellas

con un traje naval de noche.

 

Que no te agobie el derroche,

que aquí nadie gasta mucho

ejecuta en tu codo un serrucho

y alimenta el libre albedrío.

 

Lo tuyo también es mío,

lo mío es de los que estamos,

mi patria esta en las manos

del que sostiene siempre un libro.

Que empuja cuentos, poemas y líos

que se empuña en epistolarios,

que el exceso es un tirano

que no se queda reunido.

 

Y se la trama de tu tejido

se también

de tu dibujo el trazado.

 

Blas Roa