ciscosol

HISTORIAS DE UN ESPEJO ( 2 )

 

Está sentada en su butaca, en el salón, al lado de la puerta que da a la terraza.

La brisa fresca trae el olor del incienso que tiene plantado en una pequeña maceta, sus ramas como tentáculos se aferran a la baranda, es hermosa. 

Está brotando una plantita no sé si de chirimoya, aguacate o mango, alguna que recuerde los olores de su tierra, su esposo las ha plantado para ella.

La señora mayor del frente la saluda como de costumbre, y la vuelve a invitar a un cafecito en su piso, la señora se siente sola, algún día irá a visitarla. 

El Aloe Vera ha florecido como cada primavera y la Hierbabuena espera para aromatizar su acostumbrado Mojito Cubano.

El día es precioso, brillante.

¿Por qué tiene la TV encendida si no la está viendo?, rutina de la caja tonta. 

Un pitazo en la calle rompe la armonía del canto del gorrión que hace su nido; los naranjos casi llegan a las ventanas, cuando el fruto madure utilizará su jugo que junto al orégano, aliñará sus asados,  umm … que rico. 

Mientras, allá en el hogar de su madre, está amaneciendo, sus ochenta y ocho primaveras cumplen un día más, de espera, de añoranza, de deseos de vivir, para conocer a los nuevos pequeños, de su ya grande familia; ahora dispersa por el norte y el este.También se acerca a su ventana, la brisa la acaricia, entonces… ambas lo sienten…

El beso y el abrazo lejano de madre e hija.

Una lágrima se desliza por su rostro,ella sonríe, y siente la cariñosa mano de su esposo que le acaricia la cabellera.

Es feliz un día más.