ALVARO J. MARQUEZ

...Y EL VIENTO CALLĂ“ (Para Anita Silva)

"Un regalo la vida me dio/ al conocerte, saber de ti;/ tú tal vez no lo sepas, lo presiento yo,/ pero ¿Dios? Seguro que sí".

Hablabas con el viento y tanto le decías,
de la razón de tus penas, de tus alegrías
y el viento contigo era buen confidente.
Cuando contaba algo con respecto a ti,
sólo decía lo que sabía cuando te conocí,
o sea, hablaba de tu exterior solamente.

Pero guardó silencio acerca de tu sentir,
le pregunté mucho y no me quiso decir,
guardaba tus secretos cual un sacerdote.
Me dijo “si con tus preguntas me vienes
y el don de percibir todavía no lo tienes,
espera a que Dios de esa facultad te dote”.

Me entregabas en tus palabras tanto de ti,
que no sé en qué momento me confundí
y no supe ver que tú eras en mi universo
como una supernova en plena formación,
haciéndote dueña única, total de la pasión
misma con la cual iba creando cada verso.

Esperé nuevamente por el paso del viento
para preguntarle Anita por el sentimiento
que brillaba allí, en tu alma,en tus adentros.
Aunque en verdad ni cuenta me iba dando,
tu luz era el único saldo que iba quedando
después de cada uno de aquellos encuentros.

Lo que no sabía yo era que tú también querías
que el viento te contara algo de las cosas mías,
de lo que hacía en mí tanta entrega de tu parte.
Al viento le dijiste quizá que extrañabas de mí,
que habiendo adelante tantos caminos hacia ti,
yo por alguna razón nunca pudiera encontrarte.

Ahora que ha pasado el tiempo ya no lo niego,
cuando creía ver más en verdad estaba ciego
y nunca supe notar en ti lo mejor de tu esencia.
Hoy las circunstancias entre los dos son distintas
y creo que tu ilusión, tus esperanzas están extintas
y sólo tengo para mí el fatal castigo de tu ausencia.

Estás en la página que jamás quisiera haber escrito,
hay un sentir sin nombre pero que ahora es infinito,
bello regalo que en algún momento la vida me dio.
Cuando sople Anita Silva la brisa suave en tu cara,
dirás que es el mismo viento que querías que soplara
pero en sus tantos viajes de vuelta a ti... nunca sopló.