BENJAMIN ROMERO

La loca

Hoy la vida se me arruga,

veo aquel barro convertido en humano

en despojo del cruel destino.

 

Solitaria en su jocosa y humillante locura

pernocta a la entrada de la añorada casa

aquella casa quizás tan soñada que el mismo

diablo le arrebató y solo al lumbral pudo llegar

 

En ese medio metro cuadrado

retoza su mugriento cuerpo calado por el frió

y sucio por pecar en ser él

 

Naturaleza al fin derrama el cielo lágrimas

de nube nocturna para humedecer el lecho encontrado

de aquella alma que quien sabe

una mala jugada del destino, hizo

que la conciencia perdiera

 

Reina en su mundo oscuro delira pronunciando nombres

como si llamara a quien tanto amó

como si su enronquecida voz

quisiera llegar a algún corazón que pueda

descifrar su quejido

 

Duerme reina de la locura

que aquí nosotros también dormimos

nuestra propia locura

de ser indiferentes

 

                              Benjamín Romero