Antonia Ceada Acevedo

Soñando amor

Anclada en el nácar , la  esperanza.

Que se desnude tu mano,

después de la batalla,

Y que me guie a la fuente

donde la tarde se derrama.

 

Hendido en las llamas del sueño.

Tus sienes en mis sabanas

Y herido mi tibio  gozo

sane tu cuerpo de otoños.

 

Prendida de estrellas la ilusión.

Espero el signo del destino

para besar tu boca volcánica

Con espuma de mar tierna.

 

Clavada, entre  brisas, mi quimera.

En tus montañas de sal,soy,

Y que calmada, aparezcas

para mojarme de esa imagen tuya

que mi tiempo adora.

 

Deseo tanto que me nombres,

sí, cuando te crezca por dentro

las flores latentes del amor

porque sin ti, amor…

se muere  lo vivido.

 

Por la otra cara…

 

Duermo abrazado a un alma

en las ruinas de la mía,

un alma de ángel que sabe de  mis alas

Y se desnuda en la sombra de un andén.

 

Escucho el canto de la noche

Y sus palabras utópicas

me contagian de vida,de verdad,

arriesgándome a pensarla

entre nubes de dudas.

 

Acaricio su perfume en la distancia

Y en el  abismo de la razón

penetra cual corriente de música

arañando  suavemente esta médula.

 

Busco en la rosaleda de su sonrisa

un  mural de cielo  descubierto

que  me ayude a decidir el rumbo

donde la fe no  sea monotonía.

 

 

 

Que próximo el murmullo. Que hundido

el  resquicio. Locamente. En el silencio

se dispersa la luz de mi camino soñando amor…

 

Antonia Ceada Acevedo