Escondía su debilidad
detrás de una coraza indestructible
pensó que la distancia
y tal vez el silencio
serían la cura perfecta de su mal voluntario
dejó de andar caminos cotidianos
se refugió en costumbres nuevas
o tal vez
demasiado conocidas
y buscó en ellas
desesperadamente
un paliativo a su dolor
confundió
sonrisa con alegría
resignación con calma
adaptación con felicidad
y se instaló en su nueva rutina
Un día la sorpresa le gastó una broma
y cuando menos lo esperaba
tropezó con sus huellas…
Todavía sigue aferrado a su coraza
pero ya no le resulta defensa indestructible
aún huye de su propia realidad
pero ya no logra engañarse de forma convincente
y aunque no acepta su derrota
ya su voz no logra alzarse con fuerza suficiente
para cantar una victoria
en la que su corazón
dejó de creer hace ya mucho
y aunque siempre procura no andar solo sus espacios
la aparente compañía es sólo una estrategia más
para confundir a la soledad
que viste sus noches de frustración
desde el fracaso de sus sueños.
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