Marner

El TIEMPO.

 

Como agua  en la palma de la mano se escapa el tiempo, se escurre, se evapora,

forma una gota; una gota que baja rápidamente al suelo y emerge en lo profundo,

una gota que cae fácilmente y nos deja en el suelo; en nuestro fin.

 

Cada noche medito, regreso el tiempo en recuerdos; me aferro a lo bueno,

insólitamente vivo el pasado; creo un puente, uno cercano,

a veces trato de no pensar el futuro, otras veces duermo pensando en ello.

 

La eternidad; no tiene pasado ni futuro.

El tiempo sí;  no es eterno.

Pienso en detenerlo, no puedo,

unas veces algo extraño ocurre,

todo se detiene.

 

Muere el tiempo lentamente, rápidamente,

muere de alguna de esas dos maneras,

depende a mi situación o al  entorno.

 

El tiempo; lienzo donde pintamos nuestras acciones,

eternidad; no tiene fin, todo es continuo.

Pero en  esta vida nada es eterno,

el tiempo es tiempo: se acaba, se muere,

no hay eternidad  en él, ni en mí,

ni en los otros.