cristopher antonio moraga

SumersiĆ³n

Me detengo… tomo aire… respiro profundo…

dispongo todo mi capacidad para poder sumergirme más

e ir hasta los escondrijos abisales

donde aguardan las más bellas e incomprendidas criaturas;

entro como un balbuceo a perturbar un banco de peces

que revolotean como un enjambre

a los rayos purpurinos depositados, por divinidad,

en las aguas cristalinas.

 

Se llega a encender en mi pecho una ardiente pasión

por todo lo que alberga este incomprendido,

pero amado, lugar…

incluso en aquellos sitios que no imagino

pero apenas sospecho

 

Mi aire escasea y ya empiezan a balbucear mis pulmones;

el corazón se agravia y salen de mi boca despedidas

burbujas que llevan la savia vital hacia arriba;

pero entiendo que estoy aquí solo de paso,

y no puedo verlo todo…

pero eso es lo que lo hace interesante…