Las más dulces palabras que te digo,
te aseguro son las hijas de mi alma.
Pero hoy el corazón es mi enemigo,
decaído, el pensamiento, pide calma.
Un zumbido agitando mis oídos,
es mí voz, atorada en la garganta,
quién queriendo nacer entre gemidos,
en agónico espasmo se quebranta.
Consonantes y vocales sentidas,
en murmullo, se agrupan delirantes,
ahogando en sus voces extinguidas,
la belleza, a la vida unos instantes.
Las palabras más tiernas que te digo,
del amor han nacido en la esperanza.
Esta noche el dolor está conmigo,
su voz, tañer de sombría añoranza.
Cada frase ha perdido colorido,
cual rosal, que ha perdido su fragancia.
Enmudece el corazón afligido,
en silencio palpita su desgracia.
Esta bruma que aturde mis sentidos,
las palabras en mi aliento, desgasta,
su belleza, transmuta en simples ruidos,
entre tanto, al pensamiento devasta…
Las palabras para aliviar mi vida,
con certeza, no atino a pronunciarlas.
Esta angustia que sangra por mi herida,
Simplemente, me impide proclamarlas.