Socorro Maria Lopes

::: Renta :::

 

 

Hubo una vez en la que salí del nido, sola y sin destino;

Y no le tuve miedo a los volcanes, a los torbellinos…

Tenía el pecho abierto y el alma inmaculada

Las manos brillantes y la mirada alada…

 

Caminé entre las gentes sin medir sonrisas

Y aunque poco, brindé lo que tenía, sin prisa…

- Pero los huracanes de las bocas de las gentes

No condecían con lo que les pasaba por las mentes.

 

Y sufrí el desconsuelo de las ilusiones heridas.

Más de una vez, me llegué a dar por vencida,

Comiendo el pan dormido de la soledad;

Regalo de los faltos de candor, que no sabían amar…

 

Pero recia seguí, con mi brisa desgarrada;

Ya no di por mí, ni por todos en la nada,

Y acumulé desafíos en cada noche solitaria,

Por alimentar el sentido de las rutas ordinarias.

 

Ahora soy libre, y vuelo a pesar de todo el desvarío:

Mi corazón no le teme a escalofríos, a pesar de no ser mío…

Aunque esté descalza, no le temo a las piedras del camino.

 

Con gusto pago el precio de los sueños,

Porque sé a ciencia cierta, que todo nos cobra algún empeño;

Mas no le temo a la renta regia que el tiempo nos obliga,

Y saboreo el veneno de mis días, brindando por la vida…