Hoy he venido
a buscarte,
desnudo,
con olor a jazmín y libertad.
He venido
solo,
sin compromisos, sin ideales.
He venido sin palabras; casi muerto,
las dejé encadenadas a un poema,
después, lo rompí en mil pedazos
y mil poemas cayeron,
a la cueva rota de desesperanza.
Hoy lloré
todo el siglo XXI
y pude volar
libre casi feliz.
Hoy, te he encontrado,
engalanada,
voraz,
vestida de blanco.
Te vi como tú me querías,
sin palabras,
sin hombre.
Y tú, pequeña enamorada,
amante de las horas sin sentido,
dejaste en mi mirada,
como mi única condena
tu huella, la palabra.