Alvaro Javier

Carta al padre ausente

Tanto soñé con decir Padre.

Tanto con Papá.

Que mis lágrimas se oxidaron de niño.

 

A ratos levite en tu sombra...

Pero no tenía las alas abiertas

Esas alas que construyen juntos los padres,

Cayendo fuerte…

Con el rostro directo al suelo.

 

Tuve solo unos cuantos juguetes

Pero eran amigables y me hacían fuerte.

 

Un día jugué con soldaditos de plomo,

Y construí  junto a ellos

Sólidos fuertes imaginarios,

Con los que más tarde,

Le hice la guerra a tus caramelos amargos,

Esos caramelos de mi infancia…

 

En un día, no tan de niño,

Volé alto sobre Gabriela,

Cuando ya pude leer…

Y mis aviones de plástico prestados,

Me alzaron sobre su boca,

¡Y no estabas ahí!

Para gozar de mi lectura sobre sus versos.

 

Padre,

Antes de partir desde tu techo,

Te digo de frente…

¡Tus ambiciones no son las mías!

Las mías están en los versos…