victor.alatrista

Cuento del hada y el guerrero

Cuento del hada y el caballero

Estaba sentado a la orilla del mar y yo a sus espaldas, en ese instante vi a una pequeña hada que con mucha curiosidad se a cercaba a el, la pude tomar de las alas antes de que sea tarde para advertirle que es lo que iba a pasar:

A.- no te acerques pequeña niña, no sabes que horrores te esperan si te acercas a el.

 B.- Por que me retienes anciano, no ves que el esta sufriendo, quiero pasar delante de el quiero que el puede ver la belleza de la vida, nadie tiene por que sufrir tanto.

  A.- no niña, no... el se busco cada lagrima que no puede derramar. Hace mucho tiempo el fue un gran caballero, lucho, ayudo, no podía rendirse, cada latido del fuerte corazón en su pecho hacia brillar la noble armadura que lleva puesta, aquella armadura que se cae a pedazos por el oxido, oxido que infecta su piel al igual que su alma. Sus ojos llenos de bondad ahora gritan su maldición, aquellas manos que blandían una espada sedienta de justicia, solo matan lo que tocan... mi niña el ya no puede ayudar a nadie, por favor solo déjalo morir hay donde esta sentado, cada minuto que pasa su corazón deja de latir y con el la pobre alma que perdió su derecho a ser feliz, muere.

B.- Anciano, yo te conozco, te he visto atrás de cada niño, jugando con ellos, también te veo junto a toda mujer que esta a punto de ser madre, Pero atrás de los hombres ya adultos no ... dime quien eres y que haces atrás del el, quien es el, que lo hace tan importante, dime que lo quiero ayudar.

 A.- quien soy yo, no tiene importancia, solo puede decir que también he estado junto a ti desde hace tantos años, y estuve el día que conociste por primera ves a este forastero moribundo, te vi y junto a tus ojos pude ver la imagen que en ti se formo... desde ese entonces el cuidaba de todos y tu... tu cuidabas de el... mi niña ya no lo sigues, ha perdido las ganas de vivir.

 No se por que, creo que es mi naturaleza ser invisible. Antes de terminar de hablar, aquella niña ya había llegado al lado del moribundo:

  B.- es una hermosa puesta de sol, no mi señor?... solo un tonto la arruinaría llorando ante ella y mas por culpa de alguien que no vale la pena.

C.- Cierto mi niña,  muy cierto. Lloro por alguien que no vale la pena y siento tanta lastima por el, un pobre tonto que merece las mas grandes penas... mi niña lloro por mi.

B.- mi señor no diga esas cosas, en su rostro aun puedo ver bondad, aun puedo ver amor.

C.-  no... Son solo las huellas de amores pasados que han tocado con sus ardientes manos    este ya envejesido rostro. Pero mi niña por que te has acercado a este pobre mendigo de esperanzas, que no ves que ya todos me han dejado, no ves que ya nadie quiere verme a su lado. Esta soledad de la cual soy prisionero me la he ganado a punta de mentiras y engaños... no me quedan esperanzas de sonreír y ya solo le tengo fe a la muerte ... muerte que pronto me ha de llevar, márchate por favor.

B.-  Acercarme?... nunca he estado lejos de usted...  hace mucho ya soñé, ya vi y llore cada segundo de este momento, yo se quien eres y se que cada pecado cometido por tu manos, escuche y perdone cada mentira de tus labios, ahora lloras... no puedes decir que lloras por que nadie te quiere a su lado. Yo aun estoy aquí  y la única persona a la cual quiero acompañar me ha dicho que me marche... por favor solo déjame estar con tigo en la muerte, por que en la vida no te pude acompañar.

 

Pero mis palabra no fueron en vano... al primer beso, aquel tan bello y hermoso que desprende una luz roja y tierna que ilumina el cielo al borde de la cegues. En ese preciso momento deje de escuchar aquel pequeño corazón, y aquella pequeña hada callo muerta en las manos del muchacho.

 Dolor?, tristeza?.... nada puede describir el sentimiento tan terrible que lleno el pecho del muchacho, en ese mismo instante con su espada ya mellada y sin filo, se abrió el pecho y arranco el muerto corazón, le dio un beso a su amada y la puso dentro de su cuerpo, se levanto y antes del lanzarse al mar, se escucho un ........... Te amo.

Jamás lo escuche caer... ellos nunca tocaron el agua al final del acantilado, pero yo los vi!!!

De lo que les paso no les puede dar razón.

Solo se que ese atardecer brillo rojo...... rojo como nunca volveré a ver.