El cisne

A mi padre ( Walter )

Padre y maestro mágico, corazón valiente,                                                                                 tú que laboras en días sin descanso,
ocultas tu triste pasado en la fuente
del presente, como si fueras guerrero manso
que lucha sus batallas con el arco del lienzo.

Tú que anhelas con ansias de sueño
ser un luchador decente, 
hoy cubro de sutil halagueño
el poder de tu valor incandescente
y el negruzco sabor del infinito viviente.

Que el sacro poder de tu alma fina,
ahuyente al augurio del temor,
y tu impavidez te coloque en la hornacina,
libre de un futuro terror.
¡Que se cubra de tu gran valor!

Tú que me dices: ¡Sé un profesional!
y destilas el amor en un solo canto,
rociaré con claveles el tiempo fluvial,
lucharé contra el dolor y el llanto,
y depositaré en ellos las notas de tu encanto.

Es difícil ser, y no poder ser quien eres,
aunque de miseria cubras tu alma pura,
y lamentemos el presente como dos seres
que buscan el éxito con locura
y divagan el universo obsoleto rompiendo la atadura.

Aunque el cruel destino cese tu fuerza
siempre estaré presente para ayudarte,
y te amaré aún sobre la sombra inmersa
y a gritos solemnes mi calor desearte,
toque tu frente y por última vez pueda besarte