carolam12

El Museo de tus Recuerdos

Perdida en el bosque mientras enjuagaba mi tristeza por cosas de la vida con lágrimas que brotaban de mis ojos, me encontré con un largo camino. El camino se me hacía familiar así que decidí tomarlo para así volver a casa. De pronto mis lágrimas cesaron, como si algo dentro de mí me decía que todo estará bién. Luego de caminar varias horas, me encontré con un palacio. Por simple curiosidad, entré y sentí una paz instantanea y un alivio de encontrarme allí. Las paredes estaban pintadas de azul cielo y a lo largo del palacio el color iba desvaneciando, convirtiendose en blanco. La alfombra era única en su especie, suave y limpia como las nubes. Miraba a mi alrededor y todo parecía una exhibición de pinturas. Veo a mi derecha y me encuentro con un retrato de unos ojos tímidos. Veo a mi izquierda y me encuentro con un retrato de un excéntrico. Sigo mi camino hacia el otro lado del palacio para seguir mi camino casa, y me sigo encontrando retratos de una persona besando una cámara, de un símbolo musical bailando entre una gran sonrisa, de una tormenta, de mariposas, y de un cerebro. Finalmente, llego al otro lado y nada parece tener lógica, sin embargo la tristeza que cargaba había desaparecido por completo.

 

Sigo mi camino a casa y de pronto comprendí que el camino largo representaba la distancia, el color de las paredes era el color de tu nombre, la alfombra representaba nuestra pureza y nuestro lema de ser siempre “uno en un millón,” los ojos tímidos fueron las miradas del día que nos conocimos, el excéntrico representaba nuestro apodo de “lokiyos,” la persona besando la camara eras tú mandandome besos, el símbolo musical son las canciones que me escribías y con ellas formabas una sonrisa en mi rostro, la tormenta fueron las peleas que superamos, las mariposas como yo me sentía con tu mirada tierna, y el cerebro representaba como yo siempre  te tenía presente. En el medio del bosque porque cuando yo mas perdida me encuentro, siempre apareces y me ayudas a encontrar mi camino nuevamente. La verdad es que me encantó pasear en el museo de tus recuerdos, donde mantengo cada uno de ellos intactos.


No pienses que suspiro de dolor al pensar en tí, ni que te pienso a cada instante, porque no lo hago. Pero sí te digo que aunque solo somos amigos, y es lo único que seremos, también eres de mi presente un pasado maravilloso del cual me hace solo bién recordarlo de vez en cuando.