clonariel

MEDITACIÓN DE LA MENTA

He aquí la menta

 

en su revolución de activo verde y tallos

 

de fríos ligamentos. Aquí el ancho

 

ojo de la naturaleza, posado en la planta

 

diminuta que nos divierte.

 

 

Menta de la saltarina lengua,

 

silenciosa cristalería amarga, fragancias

 

rizadas con que la boca se enjuga.

 

Caramelo y licor, y más helados

 

y más bombones marchando,

 

llegando al corazón mojado,

 

al estómago febril.

 

 

He aquí la pomposa silueta

 

de lo verde abismo, entre lo verde rezagado,

 

cruzando el cielo con suspiros boquiabiertos

 

entre lo verde sensual…

 

 

Ven, ven menta memorial, disolviéndote

 

con caricias del alba, con horas gélidas

 

de muchas gotas, de varias corrientes

 

disueltas en otras corrientes,

 

brincando con tu picante genealogía

 

hacia mi mano ruda.

 

 

Horizonte amargo, juramentos

 

de la libre menta, rueda de sueltas joyas

 

montaraces. Soplo vertiginoso

 

en bosque de erectos penachos disgregados.

 

 

Todos ven en ti, detenida menta nocturna,

 

aliento festivo. Yo te descubro bonita

 

con tu carne vegetal sencilla,

 

murmurando ruegos a la luna de septiembre

 

y vistiéndote con inmateriales cintas

 

virginales.