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SI la TRISTEZA EMBARGA tu AMANECER

SI la TRISTEZA EMBARGA tu AMANECER:



Si la tristeza embarga tu amanecer, no dudes en buscarme que ahí estaré en el mismo lugar que me dejaste esperando con los brazos abiertos, sin guardarte rencor, porque quien ama como Yo te he amado, no reflejará nunca odio en su mirada, solo amor, amor con perdón implícitamente sentido, porque el tiempo es capaz de sanar heridas del silencio, si en el espacio habido, no prevaleció por la distancia el olvido de lo vivido y sentido en la pie desnuda, durante tantos años, juntos...,

Si la tristeza embarga tu amanecer, empañando con lágrimas de soledad tu despertar, recuerda que a pesar de todo, en mi siempre tendrás el amigo que pretendí ser y no el enemigo que has declarado a las puertas de tu corazón, que está dispuesto hasta con sus propios labios a secar todas y cada una de esas lágrimas, que has derramado en tu rostro, sin hacerte la mas mínima pregunta, como razón de existencia...,

Si la tristeza embarga tu amanecer, acude y refúgiate sin miedo en mi pecho, porque a la final, ambos fuimos marineros de un mismo barco que naufragaron dentro de las aguas turbulentas de un fracaso que fue la desilusión de los dos, pero que unidos, podríamos sobrevivir de las inclemencias, si evaluáramos todo lo ocurrido, para luego aplicar lo aprendido por nuestros errores antes que sea muy tarde y nos cubra inevitablemente, las arenas imperdonables del tiempo...,

Si la tristeza embarga tu amanecer, recuerda que la luz de adelante es la que alumbra el camino por el destino mutuo que has de pisar, el mismo que hoy pretendo mostrarte claramente ya arado, con mis propias manos a tus pies, lleno de verde, ese mismo verde por color de tus hermosos ojos glaucos, alumbrado ese campo de sentimiento, espléndidamente por el Sol de tu bella cabellera de oro, suelta al viento de la esperanza, el mismo viento de amor por una sana paz, que sopla por estos lugares de Dios y jamás, envejece, ante nuestros ojos...,

Si la tristeza embarga tu amanecer, ven a mí una vez más, sin dudarlo, permitiéndome tocar suavemente tu cuerpo, porque en verdad, no lo niego, no concibo olvidarte, si aun sueño con lágrimas en ese amor que se fue entre los dedos como el agua, sin poderlo evitar, con su dicha también, no sabes, cuanto diera de lo que ya no tengo para ofrecer, porque regreses y creas nuevamente en mi, dejándote tomar tu mano con mi mano, como en el pasado, viendo dibujar lentamente en tus rosados labios una sonrisa de perlas, pudiéndonos querer, sin reglas y condiciones que cumplir, para intentar ser feliz esta vez, como nos parezca, mejor.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 22092011 09:30 PM.