RICARDO ALVAREZ

EL BOSQUEJO - de anuario. soneto. alejandrino

 

 

 

Te reconozco desde mi espalda con tus ojos

clavados en mi piel. En la luz que brilla en él

tumulto, en tu rostro que refulge en mi dorsal espejo,

en la diaria palma que recorre tu mano de pincel.

 

Te nombro en la ruta de la seda abultada

cuando caes en tu morada de rostro perplejo

adivino el misterio de tus pies en murmullo.

En tu vientre te miro con la dimensión del hombre.

 

Siempre mas alta que el cielo, diurna en el azulejo

En nuestro habitáculo de compartida linfa llegas roja a mí

con la presencia del aire que enriquece la partícula de un hiato:

 

Penetro tu cuerpo de célula ampliada. transgrediendo

el limite de la mirada del animal ceibo, y de tus cerros

urgentes resuelvo su acertijo de deseo al instante del bosquejo: