Ricardo el vedado de Irene

¿Hay diamantes en los ojos de los niños?

¿Hay diamantes en los ojos de los niños? ¿Hay tanto oro en los ríos púrpuras? En los mares en decadencia, corazón de peces confundidos.

En pedacitos se están cayendo los ojos de los niños huérfanos. La tarde corona en oros lejanos la partida de los inocentes muertos entre la maraña de la mortal naturaleza de los hombres.

También en pedazos se están cayendo los ojos de los pueblos. Una vez más lloran los pueblos el menosprecio  de su propia moral.

Las mismas manos que oran son las que atraen del gatillo, son las que lo han de exhumar, esas mismas manos de hombre-bestia son las que nos matan y defienden.

Humano, solo una palabra sin razas sin castas, solo una palabra, ¡solo un par de manos!

Y los que respetan por que se han de callar ¿nos hemos vuelto serviles? ¿Nos hemos vuelto masoquistas? ¿Nos hemos vuelto cómplices de la injusticia? Así arde la interna tragedia del hombre lacerado, vilipendiado e inválido en su paulatina insensibilidad ente lo ya acostumbrado y por tanto natural.

 

Y vernos como hermanos es tan utópico que se vuelve avaricia y estupidez.

Humanos, solo una palabra, con el mismo llanto. Y solo un par de manos.

Entonces por que tanta crueldad: Por que tantos corazones partidos.

¿Hay tanto oro en los ríos de mejillas oxidadas? ¿Hay diamantes en los ojos de los niños?