Apartamos la piedad
por quedarnos en alto nivel
sin poder ensuciar nuestras manos
tan solo para ayudar al que no puede
descuidamos tanto la humildad
que nos hace falta despertar.
Estamos en total ceguedad
las tonterías e hipocrecía
no nos sueltan aún, ni la maldad.
Llevamos dentro ese espíritu
bueno, tierno y compasivo
misericordioso aunque no puro
una pizca de ésto es absoluto.
Dormitamos en el esplendor
material, costoso y terrenal
falto de alma y espíritu
lleno de vacío puro.
Caminamos soplando el aire
que se nos ha dado abrazante
totalmente a cambio de nada
no lo desperdiciemos en canalladas.
Autoridades y clandestinas moralidades
ya lo gratuito se ha vuelto denigrante.
Extraño lo que nunca tuve
como el aire limpio de las cuidades.
Grandes y pequeñas cosas
que son vanales novedades.
Luz Adriana Vargas Fonseca
(Luna AnRo.)