Navegamos en un sueño vacio,
Hueco y absurdo se quedo el corazón,
Atónito bajo la lluvia, un sentimiento necio,
Que destrozaba lo poco que quedaba de pasión.
Convulsionado entre las sabanas,
Perdí a mi bella princesa de amor,
Aquella por la que iba todas las mañanas,
Sin duda la niña que consolaba mi dolor.
Una linda dama vestida con el cielo,
Perfumada con un aroma celestial,
Ojos brillantes, levantaba la brisa del suelo,
Robaba mi alma, me incitaba a amar.
Y tan solo duro un año.
Y no soportabas más,
Perdona, no quise hacerte daño,
Pero no pensé enamorarme. . . ¡jamás!
Sin embargo llegaste tú,
El cielo resplandeció, brillo de azul,
Tus ojos voltearon hacia mí, me bésate,
Tus brazos me cubrieron y mi alma quebraste.
Anochecía por primera vez,
Un ocaso que deleitamos,
El primero de muchos,
Hoy el ultimo de tantos.
Pasaron tantas cosas a lo largo de este año,
Murieron tantos sentimientos,
Asesino ante el amor que se fue por el caño,
Ahora odiándonos. . . sin remordimientos
Y no fue tu culpa, se que fue la mía,
Tantas veces en el año quisiste hacerme entender,
Y yo tan tonto, tan irreverente, hoy la noche es fría,
Hoy ya te vas, mi amada dama, mi preciosa mujer.
Perdóname, por favor quizá no lo harás hoy,
Tal vez te tardes demasiado,
Quizá pueda ser mañana, puede ser si me voy,
Pero hazlo, y recuerda eres la única a la que he amado.
Pensé que nuestro amor no tendría fin,
Ahora todas las noches tu estrella me hace compañía,
La brisa me acaricia con tu aliento, me hace sonreír,
La noche me abriga, me hace recordar cuando fuiste mía. . .