Geovani

La puerta de tu corazón me dejas abierta.

 

Sueños que nos llevan a lugares infinitos,

amor oculto entre las rosas que en la noche encendimos,

iluminada por las estrellas, suavemente de azul cielo,

me acerco a ti, lentamente y te beso.

 

Noches en un hermoso bosque bajo la aurora encendido,

entre las rosas y nubes ocultas hacia ti camino,

avanzando hacia ti, cada vez más, como río entre la niebla,

por un sendero que las almas de los muertos velan.

 

Atravieso por tu amor las distancias y las riberas,

los mares, océanos, sólo porque te amo, sólo porque mi alma te sueña,

porque en tu mirada hermosa nuestra historia se refleja,

porque nuestras almas incesantemente se desean.

 

Mis manos tiernamente tu piel acarician,

por tu cuerpo terso y suave mis dedos se deslizan,

revolviendo en la habitación tus deliciosos aromas de primavera,

avivando ese fuego de pasión que dentro de tu corazón me espera.

 

Noches entre besos te quedas despierta,

la puerta de tu corazón hermoso, para mí, la dejas abierta,

habito y entro en él como flecha inesperada,

en todas las noches románticas y desveladas.

 

Tu boca serena no puedo dejar de besarla,

tocas mi corazón con la ternura de tu alma enamorada,

torrente de aromas en el jardín de hojas silenciosas,

paisaje soñoliento bajo las estrellas luminosas.

 

Desnudez cálida, perfecta como el mar,

piel dorada bajo la luz de la luna, sin igual,

mientras me miras con tus ojos bellos,

tímidos, llenos de amor, llenos de silencio,

llenos de nuestras alegrías, sonriendo.

 

Entran por la ventana sin numero de pétalos iguales,

traídas por el viento a nuestro amor inacabable,

se alcanzan a distinguir entre la luz suave,

caen en tus cabellos como pequeñas mariposas que flotan en el aire.

 

Vi a la luna tiernamente mirarme,

le pedí a la noche: “por favor nunca te acabes”,

quiero que dure este momento para siempre, perpetuamente amarte,

no quiero que sea de mañana, mucho menos que llegue la tarde.

 

 

“Te amo”, no dejo de decírtelo,

cada palabra mencionada es dicha con inmenso cariño,

llena de todo nuestro amor, como flores junto al río,

como enredaderas que flotan como los lirios.

 

“Entre las suaves luces nocturnas logramos vernos, la melodía de un piano, en nuestra habitación intenta comprendernos, llega hasta el reposo de las calladas hojas, entre abanicos de oro y plata, entre pétalos de rosas rojas, entre el mar de la noche escarlata, en el revoloteo de las mariposas llenas de esperanza.”