RICARDO ALVAREZ

en CARNE VIVA - de azul intenso

 

Es el fuego...

Arde en los vidrios.

Tu calma voz reposa en su tibio cristal.

La cama deja en nuestra huella de cielo

el instinto que arde la amapola pasionaria.

Placer atávico de los apremios

fueron nuestras lenguas de venus quemante.

Mi pecho cerró su hueco de abismo

cuando tus senos de  pluma rosa

plantaron su nido de ave

migrando a mi cuello de golondrina.

El mundo del fósforo resolvió su pólvora disuelta

con la llama mortal que traía tu muda boca en manada,

arrastrando la punta ígnea de los fresnos

Así amor moriremos...

Inmolados en la pira de los besos y leños.