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Me voy entrelazando a la suavidad de ellos;
son delicados, finos, extravagantes, azulinos.
cada uno hace el sonido de lo que es lo bello
en tu alma y en tu cuerpo, que es mi camino.
Tanta gama de sensaciones va desprendiendo
en forma de un goteo que alcanza naturaleza
madre despertarla de su tendencioso silencio
para gritar con colores que tu vida es pureza.
Como flor, te vas aflorando en suma realeza
dispuesta a no ceder dominio de este jardín
pero, al mismo tiempo, sos devota simpleza
de que siga enamorándome con dulce festín.
Son tus piezas, individualmente consideradas,
una caricia al alma, una textura hecha miel;
algo que llama con su voz de canto de hada
escindiendo aspereza al quedarme en tu piel.
Por esa maravilla, conviniendo divino dédalo
tu instinto maternal al proferirme tanto calor,
me van llevando lenta pero feliz tus pétalos
hacia el centro de la ambrosia llamada amor.
Vito Angeli