elvira olivares

Dana

Si hubieras visto sus ojos negros

hasta el final...reflejándose en los míos

diciéndome, déjame descansar,

el cielo me espera y niños para jugar

se sonríen cuando corro y mis orejas

 vuelan al viento y mi hocico se humedece

y cuelgan flores azulinas en mi renegrido pelo.

 

En las noches que no te sorprenda que

duerma a tu lado o te bese sin que lo sepas

como un ángel negro, cuidaré tus sueños

 

No llores, fuí tan felíz en aquel parque

cerca de la escuela, nunca estaré

tan lejos pero sí muy cerca, te esperaré

cuando te toque nacer en este mundo,

allí me verás correr justo en el medio

de las estrellas de terciopelo. 

 

Me diste tanto amor que eso me llevo

como alforja... para el camino hasta Dios

hoy es el día de tu dolor y aunque no quieras 

el de mi partida ya vendrán mejores tiempos

que endulzará como aquellas galletitas

que yo comía y serán mis orejas

lo primero que verás cuando despiertes

del  largo viaje de la vida.

 

Alguna vez comprenderás que este hogar

será el último, luminoso eterno y sin despedidas.

Ah! no te olvides de traerme aquel huesito que

me comía a escondidas, bajo tu mirada y

el amor que nos unía.

 

Te debo los últimos besos, los que me diste

cuando ya dormía, aquí serán los del encuentro

los de siempre, los eternos...