Daniel Pirotto

La fuente

Al espejo azulado de una fuente

donde danzan frenéticos, plateados,

mil destellos de luna habitualmente,

por el prieto nocturno hoy borrados,


pregunté por tus manos, por tu frente,

por tus ojos, tus labios, lecho amado,

por tus pies, de camino penitente,

por el eco de tu canto pasado.

 

Esperé con oídos impacientes,

con los ojos en el plato clavados,

un susurro, un reflejo irreverente,

mensajero de tu mundo alejado.


Mas la fuente callada e inmutable,

no ha querido esta noche ser amable.