SUSPIROS DE AMOR
Amiga mía, creo
que si el poder fuese como el deseo,
este poema a su dueña llegaría
como cesto de rosas angelicales,
un cántaro de miel y ambrosia,
o en concha de perlas orientales.
Quiero cincelar
tu hermosura y belleza, en una prosa
quiero hablar
del encanto de tu mirar
y tu piel tersa como la rosa.
Esencia de mi pensamiento
mi dulce amor;
Fugaz entendimiento,
celeste aroma de la flor.
¡Oh! Mariposa, mariposa,
no me niegues tus alas,
que para mi alma amorosa
es tan valiosa
como el fluvio que exhalas.
Como flor en primavera,
tu sentimiento y belleza;
a ti te doy mi alma entera,
por borrar de tu rostro cualquier tristeza.
De tu angelical figura
florece una sonrisa,
sonrisa que acaricia
mis labios adormecidos
en primavera florecida.
Tu infundas ondas pasiones,
y tus ojos hazel como la miel son abismos
que hacen delirar en ilusiones
llenando la cabeza de espejismos.
Cielo azul de ensueño
en mi corazón soy tu dueño;
soy otoño en primavera,
y en mí sentir el alba, la aurora
en donde mora
alma sensitiva halagadora;
pura cual tiernas flores
y tú la más dulce de mis amores.
¡Oh corazoncito mío! Te adoro
con toda el alma;
recordarte es vida
es esperanza.
Corazoncito mío,
¡si supieras con mi silencio
cuanto te digo!
y de tus ansias
y tu silencio,
¡vieras corazón mío,
cuanto sospecho!
EDGARD OROZCO