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LOS PUENTES NO ESTAN ROTOS

LOS PUENTES NO ESTAN ROTOS

El sol se ocultó sobre la luna, la tierra consumió la lluvia antes de llegar la nieve

El león se hundió en los mares de hielo huyendo del furtivo cazador, los niños detuvieron el día de nacer por temor a  morir en este tiempo

Las lavanderas no volvieron al río, se quedaron en sus casas esperando que los muertos viajaran al otro mundo

La iglesia del pueblo está cerrada, al sacerdote se lo llevaron unos hombres por divulgar la iniquidad del gobernante

La verdad está manchada de sangre, las palabras están amenazadas y los pies tienen cadenas

Los habitantes de mi pueblo no caminan, sombras asaltan sus vidas y los dejan envueltos en lodos de muerte

Tampoco sueñan porque soñar cuesta vivir, y aquí solo se siente la muerte cabalgar sobre jinetes con espuelas de dolor, jinetes de tierra y polvo

El campo donde los campesinos cultivaron sus esperanzas de trigo y uva, hoy son huellas de una tragedia marcada por los designios que otros le han impuesto

Los niños en vez de reír lloran, en vez de ir a la escuela van a la guerra con camuflados y rifles grandes, van con sus miradas perdidas buscando horizontes y a cambio pierden la vida en tangibles encrucijadas

Las madre llora al hijo que lo desplazó la guerra  y ahora entre cirios llora desconsolada su muerte

Los viejos de mi pueblo están durmiendo en los parques y en los puentes, entre el frio y el hambre. El alcalde no los mira, él se esconde en las opulencias de su trono

El pueblo no marcha, no dice nada. Se come el hambre y sus lágrimas son r os que forman puentes donde la vida no vale nada

En las calles los tanques y fusiles invaden las calles, en los campos huye el campesino con los costales vacios de esperanzas, en las fábricas los obreros se quitan las camisas, los estudiantes en las cárceles piden libertad

Allá donde termina la colina escucho los gritos del que muere, en los mares veo morir la tarde con sus luces enlutadas; del corazón de la tierra fuegos que no se apagan, fuegos que se comen mi mirada

No hay razón para esperar que el tiempo se nos coma los sueños, y que el alcalde siga durmiendo en la opulencia mientras los niños y los viejos mueren en los parques

No hay tiempo ni lugar para dejar que otros hagan lo qué nos corresponde, y a cambio abrimos las puertas de las casas para que otros roben nuestros sueños

Las lágrimas son escapes a nuestros sufrimientos cuando no encontramos la salida, pero jamás será nuestro alimento espiritual

Viajemos en globos libertarios por los aires, y en la tierra reguemos la semilla en caballos negros hasta lograr la libertad

No, no digas no, no te niegues el derecho de ser libre por temor, porque entonces otros vientos te consumirán la poca vida que te queda, y los niños y los viejos que mueren en los parques no te lo perdonarán.

Ahora que los vientos están vivos y los caballos tienen crin, viajemos con ellos y rescatemos los ojos llenos de cenizas y las bocas llenas de barro

Prendamos la hoguera de los nuevos sueños en cada esquina y construyamos andamios de nuevos tiempos a través de nuestro espíritu de lucha

Desde la orilla de mis pensamientos agito la bandera de la nueva vida, desde el otro lado del puente camino con mi pluma, desde mi tumba si es posible armaré ejércitos invisibles, hasta que los tiranos salgan de las madrigueras.