Andrés Mª

A GRANADA

Van cantando los gitanos

desde la Alhambra a los Cármenes,

con sus palmas y guitarras,

con sus ritos y su cante.

Van inundando los barrios

con sus coplas y su arte,

impregnando de aire mágico

esta noche de azabache,

que se incendia con la luna,

aunque esté en cuarto menguante.

Es la sangre de esta tierra

y la luz de sus pesares

la que arranca desde el suelo

de sus jardines y parques,

 el color de sus perfumes,

como promesas vernales

y los eleva a las cumbres,

como si fueran altares.

La Sierra Nevada al fondo,

erguida como un gigante,

con cabellera de plata,

que se derrite al mirarte,

va creando melodías,

nacidas de sus glaciares,

vivificando tus huertas,

alimentando tus valles.

Granada, tierra soñada

por cristianos y por árabes…

que esculpieron en tu cuerpo

sus culturas con su sangre

y modelaron tu estilo

y realzaron tu talle

de ciudad hermosa y mágica,

con coronas de diamantes.

Granada… siempre granada

de colores en tus calles,

de destellos en los ojos,

de perfumes en los aires…

Me enamoras, reina mora.

Me enamoras… al mirarte.