GILDA

TU

 

Eras un manatial de embriagados besos.

Un lindo cascabel que despertaba el duende del la pasión

Eras todo, lo bello, lo soñado,

mi inspiracion mi enamorado.

 

Tu cuerpo y el mio imaginaban estar entrelazados

Mientras mi palpitar corazon

era el ruido que rompia el silencio

de esas noches de este frio invierno.

 

El desvan se llenaba de aromas

de todos los olores.

Y los cristales se llenaban

del vaho de nuestro aliento

y de nuestros cálidos cuerpos.

 

Y por la ventanita de este

asomase un pajarillo testigo de

nuestros anudados besos.

 

Abrazos, caricias intrincadas,

sobre el paisaje de mi cuerpo.

lleno de  valles y montañas

en las que tu te enredabas.

 

 

Aquellas velas con olor a canela.

Aquel aceite con sabor a almendras,

que tu  y solamente tu huntabas

con las llemas de tus dedos

y  mientras jubabas como niños a los médicos.

 

Entonces yo te miraba

y el brillo de tus ojos

me devolvia el paraje mas bello

Un universo de estrellas, satelites y asteroides,

que conformaban

los destellos que alumbraban mi

alma corporea,

 

 

Mi corazon herido por un pasado,

que ahora se me convierte en eco.

 

 

Eras el sueño de una adolescente

imaginando sus primeros besos.

Pues mientras te amaba,

mi cuerpo temblaba

como cuando se ama por primera vez.

 

Me entregaba, toda entera,

convirtiendote en agua

que bebia con la asiedad 

de la sed en un desierto.

 

Y cuando te bebia,

mis ojos ya no veian las secas dunas

sino manantiales de torrentes

de esa agua que humedecia mi boca, 

que convertia mi cuerpo 

en humedad salpicada de gemidos 

tocando sinfonias

pues de cada trocito salia una melodía.

 

 

Ahora, te borraste,

como una pizarra sin letras,

como violin sin cuerdas

como oboe sin caña,

como  monte

lleno de los restos de un incendio

como un  paisaje seco.

dejándome sin fuerzas

para reinventarlo de nuevo.

 

El cálido desierto llena mis pupilas

de viento con arena

pues ya no hay oasis

 provocado por el brillo

destelleante unos ojos.

  

La noche despide al sol,

y la luna ya no lo saluda.

El verano da paso al otoño,

con calles derramadas

de secas hojas

de arboles caducos

de un anunciado invierno,

donde la primavera se va

para no volver mas.

 

La tierra deja de girar

y el tiempo se paraliza, una vez mas

en el recuerdo de tu mirada

veo brazos varoniles

melancólicas caricias

caídas en el pozo del recuerdo.

 

Si ya no me amas,

mi cuerpo se seca

como planta olvidada

de haber sido regada.

 

 

Mi gemido es lamento.

Mi fuego, es hielo

Mi canto alegre

se vuelve requiem

con su siempre

tonalidad en menor

de tu recuerdo.

 

 

Si solo fuiste un sueño,

Quiero volverte a soñar despierta.

Quisiera haber seguido siendo caricia

para tocar tu piel con las llemas de mis dedos.

 

Como cirro en el cielo 

tapaste la luna llena

 que iluminaba en la noche

hasta hacer sombras

de nuestros desnudos cuerpos.

 

Fuiste mi escultor,

moldeando las curvas de mi torso

 hasta que lo convertiste en estatua

 inmovil, detenida, en el tiempo.

 

Y ya la melodía se tornó silencio.

Y los lindos naranjos con su aroma a azahar

se transformaron en cipreses olor a cementerio.

 

 La rosa marchitó quedando solo espinas

esa rosa era yo

que solo soy una seca flor

 

Una flor marchitada

guardada entre las hojas

de mi poemario, 

llenos de versos de amor

 

De esta poetisa

que solo escribá para regalarte

versos, de letras que salian a borbotones

para bautizar cada caricia con un nuevo verso.

 

Letras,  inspiradas en ti

y que por eso salian a raudales.

 

Y en esta noche de requiem,

de decidida despedida,

yo le pido a cupido

que me de otro amor

para sustituir las heridas

por nuevas caricias.