Daniel Pirotto

Busco

Busco tus manos de hada

blancas, húmedas y tibias,

maestras en la caricia

y por mi piel perfumadas.

 

Busco tus ojos abiertos

dejando escapar tu alma,

cuan dos enormes ventanas

que cortaban el aliento.

 

Y tus palabras de miel

busco febril y ciego.

Busco el dulce, busco el fuego

de tu boca y de tu piel.

 

Pero la noche no acaba

parece que será eterna.

Y ya la última estrella

como rendida se apaga

 

Como se apaga el recuerdo

de pensarte cada mañana.

Como borra tus pisadas

del camino, implacable el tiempo.