Lo psicológico y lo social en el Quijote

Para continuar con los artículos sobre uno de los genios de las letras hablaré hoy sobre los aspectos psicológicos y sociales de la obra por excelencia de Miguel de Cervantes Saavedra, El Quijote de La Mancha.

Sociedad en pleno cambio

Don Quijote surgió en una sociedad en pleno cambio, en un momento histórico muy importante que se puede ver reflejado en las obras literarias publicadas por Cervantes y otros autores contemporáneos. Los cambios que se avecinaban y la lucha del modernismo contra el tradicionalismo son los aspectos más resaltables. La idea de «utopía» comenzaba a desperdigarse por el aire, sin embargo no parecía ser demasiado fuerte y la crisis impedía creer en una sociedad capaz de juzgarse a sí misma. El Quijote es la viva muestra de la lucha entre utopía humanista y aceptación del mundo moderno. El mejor símbolo para describir al barroco.

El barroco de Cervantes

Los elementos más característicos del período barroco son la conciencia de la crisis y sus consecuencias en la realidad social, tales como hambre, guerra, pobreza.

Es común en los autores del barroco afirmar sus historias en esa inseguridad sobre la realidad, en mitos y leyendas y en cuestiones netamente alejadas de la realidad. Sin embargo, en el Quijote la incoherencia o la ausencia de una clara realidad no está relacionada con el desquicie sino con la imaginación, con el deseo de transformarlo todo con tal de tener un mundo más acogedor, una vida más atractiva. Es la creación de un mundo propio a fin de volver más real su existencia, y hacer posible esa empresa, propia de un caballero andante.

Es muy propio de los escritores clásicos darle importancia a cuestiones que tienen que ver con la psiquis humana y no es Miguel de Cervantes la excepción. Ese Quijote cuerdo y loco es la prueba de ello. En este protagonista, el autor ofrece a un loco cuyo único deseo es cambiar el mundo, una locura que podría estar más relacionada con la ilusión y la utopía que con la insanidad psíquica.

La prueba de que en verdad Don Quijote no está loco es que sólo actúa como tal en las cuestiones relacionadas con la caballería andante, cuando se encuentra involucrado en su papel de caballero y sienta la obligación de salvar al mundo de las más atroces males que lo rodean. En los demás aspectos es un hombre absolutamente cuerdo.

Quijote y sus extravagancias

Los discursos de aquel loco caballero, sus extravagancias y sus deseos de una sociedad más justa representan a raja tabla el ideal del barroco, sobre todo en lo que respecta al cambio social, el espíritu barroco se caracteriza principalmente por estar invadido de lucidez con respecto al futuro, a las aspiraciones de conseguir cambios radicales, y sin embargo por la locura de buscar llevarlos a cabo a través de términos y procedimientos un tanto irreales, como lo hacía nuestro amigo de La Mancha.

Justamente las diferencias entre barroco y renacimiento son fe y razón, creencia en el primero por sobre todo lo que la realidad muestra, y la ciencia es la respuesta en el segundo a todo, donde la fe y la ilusión ya no pueden ocupar un lugar importante porque todo se lo debemos a la razón.

La idea de mostrar a un hombre desquiciado en lo que se refiere a la realidad que veía en el mundo, responde a ese ideario barroco de creer en que todo es posible, en que confiar en algo es suficiente razón para que se convierta en realidad.

Probablemente ningún período literario puede representarse tan bien como el barroco lo hace en el Quijote. Cervantes logra con esta novela fusionar las características del período y representarlas a través de las aventuras del Hidalgo caballero.

Cada loco con su tema

En lo que respecta a la locura del Quijote, según lo señala Helmut Hatzfeld la obra de Cervantes se caracteriza por ser tensa desde el punto de vista psicológico, mostrando una clara transformación de la realidad del protagonista donde puede percibirse una hiperrealidad, esa frontera donde el arte y la realidad se acercan tanto que la linea que los divide parece desvanecerse.

Esa realidad ficticia de pronto se vuelve irrevocable y la verdadera realidad adquiere cierta incoherencia, al punto de que el Quijote se plantea cuestiones de ella que son claramente ciertas y las niega con rebuscados artilugios, pruebas de su insanidad psíquica.

A través de esta obra Cervantes compartió sus sentimientos durante aquella juventud sometido al encarcelamiento, sus deseos frustrados de encontrar el amor, demasiado idílico por cierto, el dolor de la soledad y de la incomprensión, pero sobre todo esa ilusión que lo mantuvo vivo hasta el último segundo, capaz de crear historias increíbles entre las que se encuentra este fantástico libraco.

Sin dejar de mencionar la ironía presente en cada página, que en ocasiones de fusiona con la melancolía creando climas únicos.

En lo psicológico del Quijote existe también una lectura moral, de la realidad, de las personas y de las cuestiones sobre naturales. Y este aspecto no sólo se encuentra reflejado en los personajes principales, sino también en los secundarios.

En el análisis de la obra puede descubrirse el interés de Cervantes por las cuestiones de la psicología humana, la exploración del alma, de la conciencia y de las estructuras teológicas y morales que debían encuadrar las acciones de los seres humanos.

Cervantes plantea en esta obra maestra la necesidad humana de tener un universo imaginativo, sin el cual reina la desesperación, el dolor y la tristeza. Basta leer las palabras de Sancho ante el lecho de muerte de su amigo, en las cuales lo invita a no perder la capacidad de inventarse un mundo, de ir juntos a por otras aventuras, porque uno se muere cuando se acaba el mundo por el cual ha vivido, y el grito desesperado y angustiante de Sancho significa la pérdida de ese universo compartido y explorado por Quijote.

En un reciente artículo sobre este tema leí algo que me pareció muy juicioso:

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Para terminar sólo resta decir que el Quijote no era un paranoico ni un iluso, sino un hombre que supo adelantarse a su tiempo y darse cuenta que el mundo que se venía no era uno arraigado a los sentimientos como el de los molinos de viento, sino uno donde todo podía llegar de pronto a ser gigante.

Comentarios1

  • herminia trejo

    excelente artículo, muy bien explicado gracias



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