Es imposible acercarse al pensamiento de José de San Martín sin vislumbrar a quien gestara esas ideas por las cuales él luchó. Hablo de Simón Bolivar, uno de los hombres más controvertidos de la historia de Latinoamérica. Alguien que para muchos representa una de las primeras figuras dictatoriales de la región y que para otros es el héroe que supo llevar a cabo una campaña de liberación sin precedentes en la historia del mundo. En las ideas de San Martín se refleja el pensamiento bolivariano, pero es injusto verlo así, teniendo en cuenta que ambos supieron crear el ideal de pueblos unidos. Por ende, al igual que no se puede hablar de la empresa bolivariana sin tener en cuenta a San Martín, tampoco se puede hablar de éste sin recordar a Bolivar.
El precursor, Simón Bolivar
En torno a la vida de Bolivar existe un gran misterio, y es, posiblemente gracias a lo que no se conoce de este hombre, que se ha podido construir en torno a su imagen un mito sólido e irreductible.
Entre los puntos más destacables de la vida de Bolivar cabe mencionar que, habiendo nacido en una familia de la oligarquía venezolana, entregó su vida a luchar por una causa en la que decía creer y que, pese a lo mucho que hizo, murió en la más extrema soledad y pobreza. En su vida consiguió tener dinero, poder, victoria, riquezas, para lo cual debió matar, traicionar, amar, liderar… Y el resultado de todo eso lo llevó a tener algo que posiblemente no buscó ni soñó con alcanzar en su vida: convertirse en una leyenda ineludible en la historia de Latinoamérica.
Gracias a su cuna aristocrática, Bolivar pudo gozar de una extensa educación que le permitió viajar a Europa donde conoció a los más importantes revolucionarios y pensadores de la época, como Napoleón Bonaparte, Francisco de Miranda, José de San Martín y Locke, quienes, sin lugar a dudas influyeron rotundamente en su formación intelectual.
La mayoría de los textos sobre Simón Bolivar lo pintan como un hombre rebelde y de carácter fuerte que no se sentía identificado con la clase social a la que pertenecía y que deseaba un mundo justo. Pero también en muchos de los textos nos encontramos con un militar que con tal de llevar a cabo sus objetivos fue capaz de imponer sus ideas con mano dura, ignorando los derechos reales del pueblo. Es difícil pensar en un revolucionario -no pacífico- y no asumir que, indudablemente, debió cometer excesos similares a los que cometieron sus enemigos: en eso reside el origen y la persistencia de la guerra.
Simón Bolivar es al día de hoy una figura endiosada en la mayoría de los países latinoamericanos. En torno a su vida seguirán existiendo misterios que posiblemente jamás sepamos desentrañar; no obstante, algo que no podemos negar es la gran relevancia que tuvieron sus ideas en la construcción del ideal latinoamericano y lo mucho que se acerca su pensamiento al de José de San Martín.
José de San Martín y Simón Bolivar
Al igual que Simón Bolivar, José de San Martín perteneció a la masonería: una institución no religiosa con raíces filosóficas y filantrópica y de ejecución secreta. Y mientras sus seguidores intentan buscar cuantas evidencias pueden por borrar esta mancha de su curriculum, los que no han compartido sus ideas intentan demostrarlo. En este punto reside una de las cosas más curiosas de la historia: el deseo de volver a los hombres y mujeres que han hecho cosas importantes en seres perfectos e intocables; ¿un intento de abrazar la inmortalidad quizás?
En varias ocasiones San Martín se reunió con Simón Bolivar para conversar en torno al ideal americano. Ambos estaban de acuerdo en que era necesario lograr la independencia; no obstante, el primero estaba convencido de que la forma en la que se estaba haciendo no era del todo organizada e intentó aportar sus conocimientos militares para elaborar un plan realmente eficiente. Ambos creían en la Patria Grande, la única forma en que los países latinoamericanos podrían enfrentarse a las grandes potencias: ideal que nunca llegó a alcanzarse definitivamente por las rencillas internas que siempre consiguen destruir los buenos planes de la humanidad.
Algo por lo que se han destacado los ejércitos independentistas es por haber sabido incorporar en sus equipos a personas provenientes de diversos estratos sociales: criollos, indios y negros. Incluso hubo muchos líderes que no eran de casta aristocrática, tal es el caso de Martín de Güemes. Esto no fue algo casual o circunstancial, si no más bien la puesta en práctica de los principios que tuvieron muchos de los líderes.
En el caso de San Martín cabe señalar que estaba en contra de la esclavitud y esto lo llevó a incorporar a estas personas como ciudadanos iguales ante la ley. Además, intentó fomentar la educación y la salud pública. Más allá de todo lo que se le otorga a su persona, de la veracidad o no de lo que la historia narra, no podemos negar que estas ideas eran avanzadas para su tiempo y que definen el pensamiento de este hombre.
El rechazo de su época
Pese a haberse criado en España, San Martín se había educado en una ideología progresista y liberal que lo llevó a gestar esa idea de crear un mundo nuevo, donde no existiera el absolutismo que sí reinaba en Europa. Y Latinoamericana se prestaba perfectamente para esa gesta.
Es indudable que era un hombre adelantado a su época, que no supo encontrar cobijo en ella. En Argentina, San Martín no fue respetado como líder, y su trabajo se resumió a estar en campos de batalla en los lindes del país; alejándolo así de Buenos Aires para impedir que formalizara un gobierno abierto: los intereses de las personas siempre juegan en contra de las libertades de los pueblos. Fue ninguneado y amenazado de muerte por los unitarios porteños y, a tal punto, llegó esa situación que se vio forzado a exiliarse. Fue acusado de borracho, traidor y corrupto. Quizás la mayor evidencia del rechazo que sus ideas y su persona despertaron en Argentina puede medirse con la soledad en la que lo alcanzó la muerte y con el hecho de que sus restos fueran repatriados recién 30 años después.
San Martín confiaba en una nación amplia y unida, donde las diferencias raciales y culturales fueran elementos positivos que ayudaran a conformar un pueblo fuerte y, sobre todo, donde las libertades individuales fueran respetadas. San Martín, lejos de buscar utopías, intentaba convencer a sus contemporáneos que el tipo de gobierno que necesitaban era una Monarquía Constitucional similar a la de la corona inglesa, porque de este modo se luchaba contra la anarquía. Esta idea chocaba contra las de otros líderes de su época, como Bernardino Rivadavia, y fue la que lo aisló de la lucha independentista.
Antes de terminar es conveniente aclarar que las ideas de San Martín como las de Bolivar no pueden analizarse aisladas de los acontecimientos que estaban teniendo lugar en el mundo: como el nacimiento de Estados Unidos y la Revolución Francesa. Esto nos lleva a darnos cuenta de que la historia nunca puede analizarse desde un punto de vista cerrado. Todos los grandes hechos de la historia han sido afectados por elementos externos que han colaborado con la propagación de ideas o la formación de personas inteligentes y valientes (y generalmente híbridas), como fue sin duda el caso de San Martín.
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