Las obras teatrales españolas más representadas

Uno de los máximos placeres que tiene el ser humano es poder disfrutar de un buen libro pues, aunque aparentemente sólo sean unas páginas escritas, en realidad entrañan mucho más. Son un compendio de historias, de personajes y de sentimientos que fluyen en nuestro interior y que nos hacen vivir en un mundo real situaciones fruto del imaginario de un escritor.

Pero si ello es un placer no lo es menos cuando esas mismas obras son llevadas al teatro y tenemos la suerte de además poderlas sentir en un escenario.

A lo largo de la historia muchos han sido los trabajos literarios que se han trasladado a unas tablas, sin embargo, aquí le damos a conocer los cuatro españoles que más se han representado.

La venganza de Don Mendo es una de las que forman parte de esta lista que nos ocupa. En el año 1918 fue cuando el gran dramaturgo Pedro Muñoz Seca publica esta comedia ambientada en la Edad Media que está llena de juegos de palabras, situaciones rocambolescas y acciones hilarantes.

Don Mendo, como reza el título, es el protagonista de esta obra que gira entorno a sus amores con Magdalena, hija de Don Nuño Manso de Jarama. Una muchacha que es prometida con un privado del Rey, Don Pero, quien descubre la relación de su futura esposa con aquel. Ella, para poder desposarse, reniega de su amado y este es ingresado en prisión hasta que finalmente un amigo suyo lo rescata.

Desde entonces, Don Mendo vivirá pensando en cómo vengarse de Magdalena.

El amor también es el leit motiv de otra de las obras más representadas en los teatros de toda la geografía española: Don Juan Tenorio. José Zorrilla es el autor de este libro, que vio la luz en 1844, con el que consiguió situarse entre los grandes de la literatura española.

 La figura de un joven embaucador amante de los duelos y los romances es entorno a la cual gira esta historia que da comienzo cuando este se apuesta con un amigo quien de los dos a lo largo de un año es capaz de hacer más maldades con fortuna, y quien enamora a más mujeres.

Precisamente una de las féminas será la novicia, Doña Inés, a la que el protagonista embaucará y galanteará hasta hacer que ella caiga en sus redes.

Pero la fortuna no le sonreirá siempre a Tenorio y se verá inmerso en un complejo círculo de desdichas, duelos, infortunios,…pero quizás sea el amor el que le salve de todo ello.

Unidad y sueños

Una obra de calado social es Fuenteovejuna, que escribió Lope de Vega en 1619. Ella toma como escenario el pueblo cordobés que le da nombre y viene a narrar los conflictos que se llegan a producir entre los vecinos y el Comendador que intenta impartir justicia a su antojo.

Unos hechos que harán que un día la citada autoridad aparezca asesinado, pero cuando los Reyes Católicos intenten descubrir al criminal para que asuma su responsabilidad se encontrarán con que todo el pueblo se declara culpable de manera conjunta.

Pedro Calderón de la Barca es, sin embargo, el autor de la cuarta obra española más representada teatralmente: La vida es sueño, que fue publicada en 1635.

En ella se toma como punto de partida un vaticino en el que al rey Basilio se le advierte de que su hijo recién nacido (Segismundo) oprimirá al pueblo y le humillará a él. Por ello, el monarca,  en un intento de que la predicción no se cumpla, decide encerrar a su vástago en una torre donde crecerá desconociendo su verdadera condición social.

En un momento dado Basilio se planteará la veracidad de aquel vaticino y liberará a  Segismundo que actuará tal y como los astros dijeron. Arrepentido el rey, volverá a encerrar a su hijo pero este será liberado por el pueblo que finalmente verá como este sube al trono convertido en un monarca justo rompiendo con todas las predicciones realizadas.

Una vez que le hemos dado a conocer las obras más representadas en los escenarios sólo le queda hacer dos cosas: leerlas y luego poder disfrutarlas en el teatro.

 



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