La crónica, género en auge

Muchos autores han cultivado el género de la crónica. Algunos incluso, han conseguido conquistar la fama a través de él, tal es el caso de Martín Caparrós y Roberto Arlt.

Se trata sin duda de uno de los géneros literarios que ha adquirido más peso en las últimas décadas. En este artículo hablaremos un poco de las características del mismo y de algunos autores importantes.

Características del género

La crónica podría enmarcarse dentro de un tipo de textos que se definen como periodismo literario; donde el vocabulario narrativo se entremezcla con el relato de sucesos puntuales, consiguiendo una obra donde se fusionan los recursos del periodismo con los aspectos característicos de la narrativa. Es decir que se trata de uno de esos géneros periodísticos que se acerca considerablemente a la literatura y que puede enriquecerla inestimablemente.

El término proviene de un vocablo griego que significa tiempo y se denomina así a la narración de un conjunto de acontecimientos que se desarrollan en un determinado tiempo. Por lo tanto, en este género el espacio temporal será fundamental, pero a diferencia de un relato meramente periodístico y realista, dicho tiempo puede ser real o ficticio, siempre que responda a la estructura que el propio autor pensó para el mismo.

Es necesario aclarar que éste no es un género moderno; de hecho el periodismo tal cual hoy lo conocemos se puede decir que es más moderno que la crónica, ya que antiguamente los periódicos ofrecían una amplia calidad literaria en sus textos.

Algunos de los autores que han hecho posible el auge de la crónica en nuestros días son Roberto Arlt («Aguasfuertes porteñas»), Rodolfo Walsh («Operación masacre»), Truman Capote («A sangre fría») y Gabriel García Márquez («Crónica de una muerte anunciada»).

Periodismo y literatura

Mientras que muchos autores no cesan de expresar las inmensas diferencias que existen entre periodismo y literatura; otros, prefieren indagar las semejanzas entre ambos e implementarlas en sus trabajos.

Porque, si bien es cierto que no es lo mismo redactar un texto que aparecerá en un periódico, también debemos tener presente que ciertos aspectos del periodismo pueden colaborar muy a favor de una obra si se utilizan correctamente; sobre todo si se trata de la redacción de una historia policial o de suspenso.

Mientras que en el periodismo la función fundamental es la de informar para lo que se utiliza un lenguaje que debe ser entendible para cualquier tipo de lector; en la literatura importa más el camino que el resultado de él, es decir la forma es más esencial que cualquier otro aspecto. Además, la literatura se dirige a un público en particular, mientras que el periodismo es para todos. A su vez, el tiempo que apremia en el periodismo, es extenso y casi incontable en la literatura, donde no se busca novedad ni información, sino disfrute.

El periodismo literario unifica ambos mundos. La crónica es el claro ejemplo de que estos universos pueden encontrarse y ofrecer una extraordinaria experiencia para el lector; donde no sólo se informará, sino que tendrá a su alcance un texto rico y bello, es decir encontrará lo esencial del periodismo (la información) y lo fundamental de la literatura (el disfrute).

La identidad del género

Una crónica se basa en una noticia en particular. Intenta mostrar al lector una realidad y un conjunto de acontecimientos que se desarrollan en la misma de una forma generalmente sucesiva.

Su carácter literario la convierte en una noticia sin fecha de caducidad, es decir que al contener elementos propios de la literatura permitirá que la historia pueda ser leída una y otra vez, sin sentir el paso del tiempo; convirtiéndose en algo cuyo valor verdadero no reside sólo en lo que dice sino en cómo lo dice; y más aún, como en todo texto literario, lo que dice variará de acuerdo a quien lo lee.

Podemos decir entonces que la valoración de este tipo de creaciones está dada por la interpretación de quien lee, que será quien le de una identidad individual, personal; como ocurre con el resto de los relatos literarios.

Algunas de las particularidades que se exigen en la crónica son un estilo creativo y una narración donde la forma ocupe un lugar primordial; además, no debe olvidarse que toda crónica debe distinguirse del resto de textos que conforman este género por el sello personal del autor. A diferencia de los artículos periodísticos, en este género se espera una alta implicación del autor y una mayor tendencia hacia lo literario que hacia lo propiamente informativo.

Para terminar diremos que la diferencia entre una crónica y un artículo netamente periodístico reside en que la primera la interpretación ocupa un lugar fundamental, mientras que la segunda no tiene otra función que la de informar.

Por esto mismo, cuando en algunos periódicos aseguran que expondrán una crónica de lo acontecido en tal o cual lugar, no están utilizando el concepto con propiedad; porque lo que harán será simplemente relatar una determinada sucesión de hechos que, al ser leídos, no esperarán una interpretación o interacción por parte del lector.



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